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domingo, 30 de julio de 2017

La historia de los convictos británicos en las colonias australianas todavía se encuentra asentada en la mentalidad de los australianos modernos y en muchos aspectos de su vida cotidiana. Muchos australianos pueden remontar su ascendencia a los convictos de la época colonial [cita requerida], y aunque durante mucho tiempo se trató de un elemento ocultado o evitado, actualmente descender de uno de los convictos británicos se considera una especie de orgullo nacional. Debería señalarse que la mayoría de estos convictos trasladados no eran criminales violentos, sino ladrones, condenados por crímenes no violentos o defensores de la independencia de Irlanda. Esta actitud, no obstante, es un fenómeno reciente en Australia. Hasta el período posterior a la Segunda Guerra Mundial y su distanciamiento político y social de Gran Bretaña, la mayoría de los australianos se sentían avergonzados por la llegada de los convictos a su país, y muchos ni siquiera se atrevían a investigar los orígenes de sus familias por miedo a descender de “criminales”. Esta actitud fue conocida como la mancha del convicto, e hizo las investigaciones genealógicas muy difíciles. En las últimas décadas la actitud ha cambiado, y muchos australianos con ancestros convictos se sienten más cómodos investigando y hablando sobre su pasado.
Convictos y ex –convictos ingleses e irlandeses se convirtieron en un importante sector de la sociedad australiana, debido a su influencia dentro de la clase obrera hasta finales del siglo XIX, participando en la formación de los incipientes movimientos obreros y sindicales australianos.[cita requerida]

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